EL REINO DE DIOS NO ES LA IGLESIA DE CRISTO
---¡He Aquí las 12 Evidencias Contundentes
Pregunta #1:
¿No dijo Jesús que su reino vendría en pocos días cuando dice:
"De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán
la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios venido con poder?"
(Marcos 9:1).
Respuesta:
Este pasaje de Marcos 9:1 tiene su paralelo en Mateo 16:28.
El apóstol Mateo registra estas palabras de Jesús así: "De cierto os
digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta
que hayan visto al Hijo del Hombre venido en su reino." Aquí Mateo
asocia la venida del reino con LA
VENIDA de Jesús, la cual era aún la "bendita
esperanza" para Pablo (Tito 2.13).
Algunos suponen que el reino se inauguró en Pentecostés (33 E.C),
al bajar el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego sobre los creyentes. No
obstante, esta hipótesis es errada, puesto que en Pentecostés MUCHOS (no
‘algunos’) fueron testigos de la venida del Espíritu Santo (no del Jesús
glorioso). Recuérdese que Jesús dijo que sólo ‘ALGUNOS’ de
los suyos verían el reino venido con poder. Sólo algunos privilegiados. En
Pentecostés, en cambio, TODOS los discípulos estaban reunidos en el
aposento alto (Hechos 1:12,13; 2:1-4). Es clarísimo que Marcos 9:1 y Mateo
16:28 NADA tienen que ver con Pentecostés del año 33 E.C.
Lo cierto es que esta promesa se cumplió seis días después cuando "Jesús
tomó a Pedro, Jacob y Juan, y los llevó aparte a un monte alto, y se
TRANSFIGURÓ DELANTE DE ELLOS; y resplandeció su rostro como el sol, y sus
vestidos se hicieron blancos como la luz. Y he aquí se les aparecieron Moisés y
Elías, hablando con él." (Mateo 17:1-3).
Nótese que aquellos "algunos" fueron Pedro,
Jacobo y Juan, quienes vieron la "venida del reino y la gloria del
Rey" (2 Pedro 1:16). No obstante, esta fue una visión de una gloria
aún mayor que vendrá con Cristo en su segunda venida a la tierra. Para ese
entonces Jesús dirá a sus escogidos: "Venid, benditos de mi Padre:
Heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo"
(Mateo 25:31,34).
En Lucas 19:11-27 Jesús pronuncia la Parábola de las
Diez Minas, la cual es muy interesante e informativa. Pero: ¿Por qué
Jesús pronunció esta parábola a sus discípulos? La respuesta es sorprendente, y
la descubrimos en el versículo 11: "por cuanto estaba (Jesús) cerca
de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino se manifestaría INMEDIATAMENTE."
¡Aquí está la razón! Los seguidores de Jesús pensaron erradamente que el
glorioso reino de Dios se establecería inmediatamente. Entonces Jesús
pasa a decirles que antes que se establezca su reino, él tiene que ir al
cielo a recibir un reino y volver (verso 12). Pero Cristo aún no
ha vuelto, por tanto el reino no ha sido establecido aún. Además, Jesús dice
que ese esperado reino se hará realidad para él y su iglesia sólo en su parusía
o segunda venida al mundo (Mateo 25:31,34). Por eso Pablo irónicamente
se burla de aquellos cristianos que creían que estaban reinando sin Cristo,
diciendo: "Ya estáis saciados, ya estáis ricos, sin nosotros
reináis. ¡Y OJALÁ reinaseis, para que nosotros reinásemos también
juntamente con vosotros!" (1 Corintios 4:8). ¡Y esto fue escrito
por Pablo varias décadas después de Pentecostés!
Pregunta #2:
¿No es la profecía de Daniel
2:44 una prueba definitiva de que el reino de Dios se estableció durante
el apogeo del imperio romano?
Respuesta:
El pasaje de Daniel 2:44 dice: "Y en los días de estos
reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será
el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos,
pero él permanecerá para siempre." Ahora bien, notemos que Daniel
señala que "en los días de estos reyes" el reino sería
establecido en la tierra. Sí, el reino se establecería cuando DIEZ REYES
CORONADOS Y EN SU PODER APARECIERAN EN LA HISTORIA de Roma. No obstante, cuando
cierto grupo de cristianos llamados "amilenialistas" nos dice que
ello ocurrió en el año 33 E.C, no saben cómo explicar quiénes eran esos 10
reyes en pleno poder y mando en Roma. Simplemente han dicho que eran 10 césares
romanos. Pero Roma no tuvo 10 césares romanos sino ¡VEINTE! Esto es muy
significativo. Además, nunca hubo 10 emperadores o césares romanos gobernando SIMULTÁNEAMENTE.
Nótese nuevamente que dice "en los días de estos reyes". La
profecía es clara. El reino de Dios se establecería cuando aparecieran diez
reyes o gobernantes en pleno poder en Europa. No obstante, cuando se produjo el
Pentecostés del año 33 E.C, el gobernante o césar romano de turno era TIBERIO.
Sus antecesores ya estaban muertos, y sus sucesores estaban todavía jóvenes o
no habían aún nacido. Es claro que sólo hubo un césar romano cuando bajó el
Espíritu Santo en Pentecostés---¡No 10!
Daniel 7:7,8 nos revela, además, que de entre los
"diez cuernos" (=diez dedos de Daniel 2:44) salió un undécimo
cuerno, delante del cual son arrancados tres cuernos.. ¿Diremos que el
césar romano #11 vio cómo derrocaban----simultáneamente---a otros TRES
césares romanos?¿Tenemos acaso alguna información histórica de que esto
efectivamente ocurrió durante el apogeo o decadencia del imperio romano?¿Dónde
está el documento? Que sepamos, Roma nunca tuvo 3 césares reinando juntos y que
fueran derrocados por otro césar usurpador.
Ahora bien, supongamos por un instante que el reino se estableció
en el primer siglo, durante el apogeo de Roma. ¿Destruyó ese "reino"
(= "iglesia de Cristo") a 10 reinos y reyes existentes y los
consumió? Recordemos que Daniel 2:44 dice que ese "reino
celestial" destruye y consume a 10 reinos existentes (representados por
los diez dedos de los pies de la imagen colosal que soñó Nabuconodosor). Que
sepamos, ningún reino del primer siglo destruyó a otros 10 reinos y sus reyes,
y menos, la iglesia de Cristo naciente. Los césares romanos murieron asesinados
o de muerte natural, pero ninguno de ellos por acción de la iglesia militante,
o por la intervención de algún nuevo imperio. El imperio romano cayó por su
propia decadencia moral y social, unos 400 años después de que se estableciera
la iglesia del Señor. Sólo cuando ya no quede ‘rastro alguno’ de estos
reinos, la profecía se habrá cumplido (Leer Daniel 2:35). Pero todavía existe
Roma y sus ruinas antiguas, así como muchas otras. Que sepamos, no hay registro
alguno de la desaparición SIMULTÁNEA de 10 reinos y reyes en el primer
siglo, ni en el segundo, ni en el tercero, ni hoy.
Finalmente, si por "reino" ha de entenderse "La Iglesia Cristiana ",
entonces los otros 10 reinos destruidos ha de entenderse como "10
iglesias destruidas". Pero, ¿destruyó la iglesia de Cristo naciente a
otras 10 iglesias existentes en el primer siglo? ¡Jamás! Al contrario, la
iglesia naciente fue fuertemente perseguida y diezmada por Roma hasta el siglo
IV. Recién con el emperador Constantino (Siglo IV) la iglesia pudo respirar
aires de libertad y paz.
Pregunta #3:
¿No dijo Jesús en Lucas
17:20,21 que su reino "está entre vosotros"? ¿No prueban estas
palabras suyas que el reino estuvo presente en el primer siglo?
Respuesta:
Lucas 17:20,21 dice así: "El reino no vendrá con advertencia,
ni dirán helo aquí, o helo allí, porque he aquí que el reino está entere
vosotros." Si lo que Jesús dijo era que el reino estaba ya establecido
en la tierra durante su ministerio, entonces éste no llegó el 33 E.C sino
ANTES. Recordemos que Jesús aún estaba cumpliendo su misión redentora entre los
suyos, y ni siquiera había mencionado la futura llegada del Espíritu Santo en
Pentecostés. ¿Creerán los "amilenialistas" que el reino vino
ANTES del Pentecostés del año 33 E.C?
Ahora bien, en Lucas 21:25,31 Jesús afirma que ANTES de la venida
del reino habría "señales" en el sol, la luna y las estrellas
(Lucas 21:25). Luego Jesús dice: "Cuando veáis que suceden estas cosas
(las señales), sabed QUE ESTÁ CERCA EL REINO DE DIOS" (verso 31). Me
pregunto: ¿Se contradice nuestro Señor? En el capítulo 17 de Lucas dice que el
reino vendrá sin advertencia (sin "señales") pero en el capítulo 21
dice lo contrario. Sin duda Lucas 17:20,21 no debe ser tomado a la ligera.
Hugh J.Schonfield, en su libro "El Complot
de Pascua" dice algunas verdades indiscutibles. En la pagina 147 de su
libro comenta este pasaje de Lucas 17:20,21 así: "...dijo a los
fariseos que el reino no vendrá permaneciendo ociosos, en espera de signos. El
reino de Dios estaba justo a su lado, delante de sus narices, listo para
aparecer sólo con que ellos quisieran cumplir las condiciones que lo
inaugurarían. Estad vivos, insistía Jesús. El objetivo no se alcanzará mediante
una adormilada asociación con él."
Hans Conzelmann: En su libro "La Teología de San
Lucas", página 147 comenta este pasaje de Lucas 17:20,21 así: "La
declaración principal no es que el reino está viniendo, sino que el reino está
siendo predicado por Jesús y hecho manifiesto en su ministerio. La
"venida" en si misma pertenece al futuro, y está separada por un
largo intervalo de su manifestación." (Pág. 180).
Finalmente podemos decir que Cristo, como Rey del reino de Dios,
fue el más importante y esencial de sus partes componentes; y usando un
lenguaje llamado SINECDOQUE (el acto de recibir, describe la
figura por la que un vocablo recibe de otro algo, por estar asociado con él
mediante alguna conexión, como cuando se toma la parte en lugar de todo y
viceversa) él pudo muy bien decir que el reino, representado por él mismo,
ya estaba verdaderamente entre los fariseos. No obstante, el reino escatológico
aún no se establecería en la tierra durante su ministerio en Israel.
Pregunta #4:
¿No dijo Jesús que el reino
había llegado cuando expulsaba a los demonios? (Lucas 11:20).
Respuesta:
En Lucas 11:20 Jesús dice: "Mas si por el dedo de
Dios echo yo fuera demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros."
Aquí nuevamente vemos un reino que "ha llegado" antes de
Pentecostés. Es un reino que se manifiesta por el hecho de la expulsión
de los demonios de los poseídos. Jesús asocia la "venida" del
reino con la atadura de los demonios, y con su arrojamiento
(Mateo 10:1; 1 Juan 3:8). Pues bien: ¿No es esto lo que exactamente va a hacer
nuestro Señor con Satanás y sus demonios justo antes de inaugurar su reino
milenario? (Leer Apocalipsis 20:1-3). Por eso, cuando Jesús y sus apóstoles
ataban a los demonios, daban a saborear un poco---por así
decirlo--- la presencia benefactora del reino futuro en su ministerio
terrestre. El reino de Cristo significará la liberación humana de las
garras satánicas, y el inicio de una nueva existencia en Cristo.
Pregunta # 5:
¿Por qué dice usted que el
reino está relacionado con el pueblo judío si éste rechazó a su Mesías?¿No dice
Jesús que el reino le sería quitado a Israel y dado a los no judíos, según
Mateo 21:43?
Respuesta:
En este texto NO se dice que el reino le sería quitado a Israel para
siempre. En Romanos 11:11,12 el apóstol Pablo dice que la transgresión de
los judíos trajo la riqueza a los gentiles. No obstante, el apóstol
luego pasa a decir que la futura restauración del pueblo judío---y
con él su reino---se traducirá en mayores bendiciones para los no
judíos (gentiles).
El apóstol pasa a decir también que "algunas ramas (no
todas) fueron desgajadas del buen olivo" las cuales fueron reemplazadas
por otras ramas injertadas de un olivo silvestre (Romanos 11:17). Luego
Pablo dice que las "ramas silvestres" (gentiles) no deben
enorgullecerse de haber sido injertadas dentro del buen olivo, pues no son las
ramas (gentiles) las que sostienen al olivo (la nación judía), sino el olivo
bueno y su raíz a las ramas injertadas del olivo silvestre (v.18). Finalmente
Pablo dice, en el verso 24, que Dios injertará nuevamente a las ramas naturales
del "buen olivo" si se arrepienten. Ahora bien, hubo muchos
judíos que permanecieron fieles a Dios, los cuales no fueron desgajados del
buen olivo. Por ejemplo: Todos los apóstoles, sus discípulos hebreos en
Jerusalén y de la diáspora, etc. Ellos no fueron cortados, pertenecían al pueblo
original de Dios. Sólo los infieles fueron cortados para luego ser reemplazados
por los gentiles convertidos. Estos gentiles convertidos se unen al pueblo
elegido de Dios ("buen olivo"), y se nutren igualmente de su rica
savia (las promesas hechas a los padres hebreos). Decir que Dios rechazó
totalmente a su pueblo original, significa que las ramas injertadas no tienen
la rica savia del buen olivo como fuente de sostenimiento, y esto entonces
quiere decir: Desesperanza y la muerte.
Pablo les dice a los gentiles de Efeso lo siguiente: "Por
tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la
carne...estabais sin Cristo, alejados de la CIUDADANÍA DE ISRAEL
y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero
ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido
hechos cercanos ( a la ciudadanía de Israel) por la sangre de Cristo."
(Efesios 2:11-13). Aquí Pablo aclara más el asunto. Los gentiles ahora están
dentro de la ciudadanía de Israel, el antiguo pueblo Dios, por
medio de Cristo. Ahora los gentiles, como los judíos elegidos, tienen la
oportunidad de beneficiarse de los pactos de la promesa ("la
rica savia del olivo"). Ahora los gentiles injertados a la nación de
Israel (el pueblo de Dios) son conciudadanos de esa nación de
Dios, y ya son miembros de la familia de Dios, y herederos de Sus
promesas. Hay pues un solo Señor, una sola fe, una sola esperanza de
nuestra vocación (Efesios 4:4). Decir que la esperanza de los fieles hebreos
es distinta a la de los fieles de la
Iglesia , es una tesis que no encuentra su apoyo en la Biblia. Pero también
es un grave error decir que Dios rechazó para siempre a su pueblo al cual desde
mucho antes conoció. Dice Pablo sobre este punto así: "Digo, pues: ¿Ha
rechazado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita,
de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. NO HA DESECHADO DIOS
A SU PUEBLO, AL CUAL DESDE ANTES CONOCIÓ..." (Romanos 11:1,2). Así
que aunque los amilenialistas digan que Dios rechazó al pueblo elegido Judío,
Pablo dice que NO. Y aunque a algunos les duela, "la salvación viene de
los Judíos" (Juan 4:22)---¡Y lo dijo el judío Jesús!
Si el reino del rey David dejó de existir para dar paso a un
"reino espiritual y celestial", ¿por qué los mismos discípulos de
Jesús le preguntaron, momentos antes de su ascensión al Padre: "...Señor,
¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?" (Hechos 1:6). Insistir
en un reino monárquico en Israel por parte de los discípulos hubiera
sido una testarudez, si es que en verdad Cristo abolió para siempre esa
esperanza mesiánica. Pero Jesús no los reprende diciéndoles algo así como:
"Me sorprende que me pregunten eso si ya les enseñé que mi reino es
espiritual y celestial". Pero Jesús no les dice eso o algo similar. Lo
que les dice es que "no os toca saber los tiempos y las sazones, que el
padre puso en su sola potestad" (v.7). Lo que preguntaron los
discípulos era correcto y válido, y no una tontería como algunos teólogos han
sostenido. No creo que todos los discípulos de Jesús hayan sido malos alumnos
como para entender mal lo enseñado por él acerca el reino, en esos 40 días que
estuvo en privado con ellos, después de su resurrección (Hechos 1:3). Jesús
mismo valida la pregunta contestando que sólo Dios sabe el tiempo cuándo será
restaurado el reino davídico a los israelitas. La pregunta era correcta, pero
el tiempo sólo lo sabe Dios.
Pero los hermanos amilenialistas se olvidan lo que el profeta
Ezequiel dijo concerniente al reino monárquico en Israel. En primer término, el
último rey que tuvo la dinastía de David fue SEDEQUÍAS, quien fuera derrocado
por Nabuconodosor allá por el año 587
A .C. Desde esa fecha hasta hoy la dinastía y el reino de
David quedaron suspendidos en el tiempo. Pero nótese que el profeta Ezequiel
afirma que la corona y la tiara se le dará a un varón que tiene
el derecho a tomarlos (21:25-27). En Hechos 2:29,30 el apóstol
San Pedro revelará que Jesucristo es aquel varón que se sentará
en el trono del reino de David. El evangelista Lucas dice que Jesucristo
recibirá "el trono de David su padre, y reinará sobre la casa (nación)
de Jacob (Israel) para siempre" (Lucas 1:31-33). Los que dicen que el
trono de David está el cielo, están mintiendo. Lo cierto es que ni David, ni
ninguno de sus sucesores, estuvieron reinando en el cielo sobre el pueblo de
Israel. La Biblia
es clara cuando nos dice que David reinó 33 años en Jerusalén, y 7 en Hebrón (1
reyes 2:11).
Pregunta #6:
¿Puede usted demostrar que el
reino de Dios se establecerá en Jerusalén, y que Cristo tendrá su trono en esa
ciudad?
Respuesta:
En primer término, el reino de Dios era el reino de David. En 1
Crónicas 28:5 leemos: "Y de entre todos mis hijos (porque Jehová me
ha dado muchos hijos), eligió a mi hijo Salomón PAR QUE SE SIENTE EN EL TRONO
DEL REINO DE JEHOVÁ (DIOS) SOBRE ISRAEL." Aquí está la prueba de que
"el trono de David" en Israel era EL REINO DE DIOS.
Pero, ¿Dónde reinó David, Salomón, etc? ¡En Jerusalén! Eso lo vimos en la
pregunta anterior.
Otro texto interesante que prueba que el "reino de
David" era "el reino de Dios" está en 2 Crónicas 13:5,8
que dice: "¿No sabéis vosotros que Jehová Dios de Israel dio el reino a
David sobre Israel para siempre, a él, y a sus hijos, bajo pacto de sal? Y
Ahora vosotros tratáis de resistir al REINO DE JEHOVÁ en mano de los hijos
de David, porque sois muchos..."
No es de extrañar lo que el ángel de Dios le dijo a María en
relación al judío Jesús: "...y llamarás su nombre Jesús. Este será
grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará EL TRONO DE
DAVID SU PADRE; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no
tendrá fin." (Lucas 1:31-33). Nuevamente se nos dice que Cristo
reinará en Israel, y cuya capital es Jerusalén.
En Mateo 5:34,35 Jesús dice algo muy interesante que pocos
cristianos han advertido: "Pero yo os digo: No juréis en ninguna
manera, ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque
es el estrado de sus pies; ni por JERUSALÉN PORQUE ES LA CIUDAD DEL GRAN REY."
¿Quién era el "gran Rey"?¿Herodes? No, sino Jesús mismo. Sí,
Jerusalén es la ciudad del gran rey Jesucristo, él la hará su capital en su
reino milenario.
Los discípulos sabían perfectamente que el reino de Dios estaba
estrechamente ligado con la ciudad de JERUSALÉN ( la sede del reino
davídico). En Marcos 11 vemos la historia de la entrada triunfal de
Jesús en Jerusalén. ¿Qué pensaron inmediatamente los discípulos de esa entrada
de Jesús en la ciudad de David? Los versos 10 y 11 nos dicen: "¡Bendito
EL REINO de nuestro padre David que viene!¡Hosanna en las alturas! Y ENTRÓ
JESÚS EN JERUSALÉN..." Es clarísimo que los primeros cristianos sí
esperaban la reanudación o la restauración del reino de David en Jerusalén en
la persona del Cristo, su descendiente según la carne. Más adelante los
discípulos se verán precisados a preguntarle si ya era el tiempo de la tan
esperada restauración (Hechos 1:6,7).
Si el reino es ahora la
Iglesia de Cristo, entonces no habrá una futura restauración
del reino de David en Israel. Pero esta creencia contradice una infinidad de
pasajes que nos hablan de un reino futuro aún no establecido o restaurado.
Notemos que el reino verdadero será restaurado. Eso quiere decir
que ese reino existió, se suspendió y nuevamente se establecerá como era antes.
¿Pero existió la iglesia antes de Pentecostés, en los tiempos de David?¿Fue el
reino de David la misma iglesia de Cristo, el cual fue derrocado por
Nabuconodosor en el año 587
AC ?¿Derrocó Nabuconodosor a la iglesia de Cristo en los
tiempos de Sedequías?¿Restauró Cristo el reino de Dios en el 33 E.C? ¿Fue
restaurada, o más bien, inaugurada, la iglesia en Pentecostés? La Biblia habla de que el
reino será RESTAURADO como lo fue antes---¡No INAUGURADO! (Hechos 1:6; 3:19-21;
Romanos 11:12). Esto es importante. Véase en el diccionario el significado
de la palabra "restauración". Esto es muy importante, pues
también significa reposición en el trono de una dinastía caída, depuesta,
o derrocada. Esto ocurrirá con la dinastía davídica aún derrocada.
Cristo regresará en gloria para RESTAURAR EL REINO DERROCADO DE DAVID! (Mateo
25:31,34).
En Jeremías 3:17 se nos revela que Jerusalén será llamada:
"Trono de Jehová". En Zacarías 8:3 leemos: "Así
dice Jehová: Yo he restaurado a Sión, y moraré en medio de Jerusalén; y
Jerusalén se llamará Ciudad de la
Verdad , y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de
Santidad." En Zacarías 1:16 también leemos: "Por tanto,
así ha dicho Jehová: Yo me he vuelto a Jerusalén con misericordia; en ella será
edificada mi casa..." El siguiente versículo, el 17, dice:
"Clama aún, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aún
rebosarán mis ciudades con la abundancia del bien, y aún consolará Jehová a
Sión, Y ESCOGERÁ TODAVÍA A JERUSALÉN." "...y Jerusalén será
santa, y extraños no pasarán más por ella." (Joel 3:17).
Y en Lucas 21:24 Jesús dice de Jerusalén, lo siguiente: "...y
Jerusalén será hollada por los gentiles, HASTA QUE LOS TIEMPOS DE LOS GENTILES
SE CUMPLAN." Pero muchos llamados cristianos no se han puesto ha
meditar en estas palabras proféticas de Jesucristo. Aquí hay un hecho histórico
innegable e indiscutible. Jerusalén ha sido pisoteada por las naciones e
imperios gentiles (no judíos) durante milenios. Pero Jesucristo afirma que este
"hollamiento"(pisoteo)---¡tendrá su fin! ("hasta que
los tiempos de los gentiles se cumplan"). Entonces, cuando los no
Judíos o gentiles dejen de pisotear Jerusalén, los Judíos tendrán el dominio y
el control absolutos de Jerusalén con el Mesías y su iglesia a la cabeza ( Joel
3:17; Isaías 32:1; Lucas 1:31-33; Mateo 5:34,35). Ya en Junio de 1967 se dio un
gran paso, cuando Jerusalén pasó a manos de los Judíos, aunque aún seguirá el
pisoteo gentil hasta que Cristo regrese a reinar sobre sus enemigos en
Jerusalén (Leer Zacarías 14:1-21).
Pregunta # 7:
¿Acaso no prometió Jesús a sus
seguidores el cielo en Juan 14:1-3?
Respuesta:
Jesús jamás prometió a sus seguidores darles un lugar en el cielo
como morada permanente. Tampoco ninguno de sus apóstoles creyó que iría al
cielo para estar con Dios y Jesús. Fue el filósofo Griego Platón el que
sentó las bases de un alma inmortal que parte de este mundo después de la
muerte. Su filosofía fue mezclada con el pensamiento Hebreo y nació el gnosticismo.
Esta secta gnóstica, muy en boga en los tiempos de Jesús, amenazó a la sana
doctrina predicada por Jesús y sus apóstoles. Los apóstoles, y en especial
Pablo y Juan, advirtieron a las iglesias cristianas en contra de esa secta.
Pablo llamó a los gnósticos: "La falsamente llamada ciencia" ("gnosis")(1
Timoteo 6:20). Los gnósticos decían que la materia era mala y pecaminosa, y que
Cristo no era humano sino que tenía apariencia de hombre. Creían que
existía un plano superior (el "Pleroma", especie de cielo
gnóstico) donde vivían los AEONES (espíritus puros superiores, entre los
cuales estaba Cristo antes de venir al mundo). Los gnósticos creían que ellos
tenían el conocimiento verdadero para lograr partir a ese plano o dimensión de
los espíritus con el alma inmortal. ¿No se parece esto mucho al pensamiento "cristiano"
sobre una existencia en el cielo con Dios, Cristo, y sus ángeles después
de esta vida, a través de nuestras "almas inmortales"? Es muy
probable que muchísimos cristianos sean realmente cristianos gnósticos en este
punto.
También Pablo advirtió, que después de su "partida",
entrarían en el rebaño del Señor falsos maestros que buscarían ganarse el
rebaño con palabras pervertidas (Hechos 20:29,30). Y así fue. Con el correr del
tiempo, la iglesia se corrompe con sus propios malos obispos que se levantan
con sus herejías destructoras. En el siglo IV aparece el obispo "San
Agustín de Hipona", el Padre y Teólogo del catolicismo. Éste distorsiona
radicalmente el verdadero significado del reino bíblico al decir, por vez
primera, en su obra "La
Ciudad de Dios", que el reino era la iglesia católica
Romana. Parece ser que los "amilenialistas católicos", y
"campbelitas amilenialistas" no han logrado sacudirse del todo de los
errores de Agustín de Hipona.
Algunos dirán: "Bueno, ¿no dice Jesús que "los pobres
en espíritu es el reino de los cielos"? (Mateo 5:3). Pero tomemos nota
que el Señor NO dice que de los pobres en espíritu es el reino EN (sino "DE")
los cielos". De modo que lo que Cristo ofreció a los pobres en espíritu
era un reino que tiene su origen en Dios, y no en los hombres. Viene de Dios
como un don o regalo para los hombres.
Pues bien, regresemos a Juan 14:1-3 de la pregunta. Veamos lo que
verdaderamente dijo el Señor Jesucristo: "No se turbe vuestro corazón;
creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay;
si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy pues a preparar lugar para
vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mi
mismo, para que DONDE YO ESTOY, vosotros también estéis."
Muchos estudiantes de la
Biblia no se han puesto a pensar en esta última frase "para
que DONDE YO ESTOY (tiempo presente)". En las más importantes
versiones de la Biblia
Inglesa se vierte este pasaje como "WHERE I AM" en
tiempo siempre presente ("donde yo estoy"). Esta frase es
sumamente importante y clave para entender los versos en cuestión. Jesús está
ofreciendo un lugar a sus discípulos "en la casa de su Padre". Luego
nos dice que él nos tomará para que estemos con él en el lugar donde ÉL ESTÁ en
el momento de pronunciar la promesa. Y, ¿dónde estaba Jesús cuando pronunció
esa promesa? ¿En el cielo? ¿En Marte? No! Él estaba aún en LA TIERRA , y más exactamente,
EN JERUSALÉN. Recuerde que Jesús todavía no había ascendido al cielo, y aún no
había ni siquiera resucitado. Por tanto Jesús estaba ofreciéndoles a sus
seguidores volver a la tierra para estar con ellos en el lugar donde proclamó
su promesa, es decir: ¡En Jerusalén!
Muchos cristianos creen que Jesús nos "llevará al cielo"
para darnos nuestro "lugar" en la casa del Padre. Pero Jesús
nunca habló de llevarnos al cielo en Juan 14:1-3. Usted NO leerá, ni siquiera
una vez, de que iremos al cielo para recibir nuestro "lugar"
una vez que esté preparado por Jesús. Lo que Jesús dijo era que prepararía
nuestro lugar en la casa de su Padre y que luego volvería para estar con
nosotros. Lo que NO dijo era CUÁNDO Y DÓNDE recibiríamos nuestro lugar
en la casa del Padre. Él sólo está ahora ocupado PREPARANDO nuestras
moradas, pero NO nos dice cuándo entraremos en ellas. En Apocalipsis 21
se revela que la "ciudad santa" bajará del cielo después del
milenio. La ciudad santa de Apocalipsis 21 es descrita por Ezequiel como
un edificio (40:2), y como una casa en 2 Corintios 5:1,2. Esta
ciudad o casa canta bajará del cielo, y "Dios estará con los hombres"
(Apocalipsis 21:3). Sólo los salvos entrarán en ella para tomar sus lugares o
moradas (Apocalipsis 21:27). También leer Hebreos 11:9,10 donde se nos dice
claramente que Abraham (el padre de la fe) "esperaba la ciudad
que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios." Y en
Hebreos 13:14 Pablo dice: "Porque no tenemos aquí ciudad permanente,
sino que buscamos LA
PORVENIR. "
Pregunta #8:
¿No dice Pedro, en 2 Pedro
3:10-13, que esta tierra será destruida por fuego? Si este es el caso: ¿No es
lógico concluir que escaparemos al cielo?.
Respuesta:
Es cierto que Pedro habla de la "destrucción de la tierra por
fuego", de la misma manera que Dios dijo de la tierra de la época de Noé.
En Génesis 6:13 leemos algo interesante: "Dijo, pues, Dios a
Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a
causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré CON LA TIERRA. " Nótese que Dios iba a destruir a todo hombre y
animal...¡y la tierra misma! Pero: ¿Llegó Dios a destruir a los
hombres impíos de entonces junto con el planeta tierra? Por cierto que no. La
tierra sigue siendo la misma desde su creación. En realidad es una forma superlativa
de hablar de Dios indicando la severidad de su castigo.
En 2 Pedro 3:10-13 leemos: "Pero el día del Señor vendrá
como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y
los elementos ardiendo serán desechos, y LA TIERRA Y LAS OBRAS QUE EN ELLA HAY SERÁN QUEMADAS."
¿No son semejantes Génesis 6:13 y 2 Pedro 3:10-13? Si la primera tierra
PRE-diluviana no fue literalmente destruida, ¿porqué tendría que serla ésta? Es
claro que lo dicho por Dios ha de entenderse como la severidad y firmeza de su
castigo, la erradicación del mal, de los malos, y de sus obras (casas de juego
y de citas, bares, fábricas de cigarrillos y de cerveza, fábricas de armas y
bombas, etc). En el verso 13 se habla de "nuevos cielos y nueva
tierra" Esta forma de dicción no es rara en la Biblia , pues también
encontramos la expresión "nueva criatura" en 2 Corintios 5:17, aunque
persistan aún los viejos defectos (miopía, cojera, cicatrices, etc). En Efesios
4:24 encontramos la expresión "nuevo hombre" (pero sólo en lo moral y
espiritual). En Romanos 6:4 encontramos la frase "nueva vida" (pero
siempre en el sentido moral y espiritual).
Y Para terminar diré que 2 Pedro 3:13 tiene relación con Isaías
65:17 que dice: "Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva
tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni vendrá más al pensamiento."
Pero lo interesante del caso es que Dios sigue diciendo en los siguientes
versículos (18-25) que: "traigo a Jerusalén alegría...y me
alegraré con Jerusalén." Estas palabras indican que finalmente el
planeta no será destruido, pues seguirá existiendo Jerusalén como una
ciudad de gozo y alegría, en contraste con la actual Jerusalén agitada y
convulsionada por los conflictos internos y externos.
Pregunta #9:
¿Acaso no dice la Biblia que Cristo vendrá
para entregar su reino al Padre según 1 Corintios 15:24?
Respuesta:
Cristo entregará su reino al Padre, pero: ¿Cuándo? Esta es una
pregunta importante. Lo que la
Biblia sí dice verdaderamente es que Jesús, al volver a la
tierra, dará su reino a sus discípulos (no ha Dios)(Mateo 25:31,34;
Daniel 7:13-18). Sí, la iglesia, compuesta por judíos y gentiles fieles,
recibirá el reino de Cristo al volver él al mundo otra vez. Esta es la verdad
bíblica. No obstante, será después que Cristo haya reinado por mil años que él
devolverá el reino al Padre; cuando haya puesto a sus enemigos por estrado de
sus pies, incluyendo LA MUERTE
misma (Salmo 110:1; 1 Corintios 15:25). Y, ¿Cuándo será vencida la muerte?¿En
la segunda venida de Cristo? ¡No! Según la Biblia ella será destruida al finalizar el
milenio de Cristo. La respuesta está en Apocalipsis 21:4. Esto significa que
Cristo no va a devolver el reino al Padre inmediatamente después de volver a la
tierra, sino después de los mil años de su reinado. Mientras tanto, Jesucristo
estará reinando sobre sus enemigos (Salmo 110:1-5), siendo el último destruido:
La muerte.
Otra de las pruebas bíblicas que señalan claramente que la muerte
reinará hasta el final del milenio es que "los otros muertos no
llegaron a vivir hasta que se cumplieron los mil años." (Apocalipsis
20.5). Habrá muertos al final de los mil años del reinado de Cristo. La muerte
imperará en la tierra hasta el final de esa fecha memorable que es llamada:
"Milenio" (Apocalipsis 20:14). Después del milenio bajará "La Nueva Jerusalén "
y acabará el imperio de la muerte (Apocalipsis 21:4; 20:14). También en este
periodo el diablo será castigado definitivamente con la muerte. Y además, la
muerte y el Hades serán arrojados al lago de fuego junto con el diablo y sus
ángeles. Todo esto ocurre al final del milenio o del reino de Cristo. Los
hermanos amilenialistas debieran reflexionar mejor sobre este pasaje antes de
sacar conclusiones inexactas. Recordemos que "un texto sin el contexto
es un pretexto". Ir más allá de lo que está escrito es peligroso.
Pregunta # 10:
¿Qué otra prueba existe de que
el reino de Dios NO es la
Iglesia de Cristo?.
Respuesta:
Lo más sencillo es sustituir la palabra ‘reino’ por ‘iglesia’
de los textos bíblicos más importantes. Si reino e iglesia son equivalentes, no
tendrá porqué cambiar el sentido del texto bíblico que habla de él. Veamos
algunos ejemplos:
Lucas 19:11:
"Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano para
recibir UNA IGLESIA y volver.
Comentario:
Notemos que al cambiar la palabra ‘reino’ por ‘iglesia’
en este pasaje, obtenemos un absurdo. ¿Recibió Cristo una iglesia en el cielo?
o ¿Se instituyó la iglesia en el cielo?¿Hemos bajado del cielo como "la
iglesia de Cristo"?
Lucas 12:32:
"No temáis manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha
placido DAROS la iglesia".
Comentario:
Aquí hemos sustituido la palabra ‘reino’ por ‘iglesia’ y hemos
obtenido algo absurdo. En primer lugar, Jesús se dirige a sus apóstoles---¡a
los cuales se les DA EL REINO!. No dice Jesús que al Padre le ha placido "HACEROS
EL REINO", sino "DAROS EL REINO". El sentido es
diferente. Si la iglesia es el reino, y ella está compuesta por los apóstoles y
demás discípulos, ¿cómo podrían SER ellos "el reino de Cristo" y
RECIBIR al mismo tiempo el reino? ¿Cómo podían los apóstoles recibir un reino y
ser parte de él al mismo tiempo? Si la iglesia es verdaderamente el reino,
entonces Jesús debió decirles a sus apóstoles que al Padre "le ha
placido HACEROS el reino o iglesia". Pero no fue así, sino que dijo:
"Le ha placido DAROS EL REINO"!
Mateo 6:10:
"Venga tu iglesia, hágase tu voluntad, como en el cielo, así
también en la tierra."
Comentario:
Los que creen que la iglesia es el reino, tendrán que mutilar
esta parte del "Padre Nuestro"; pues si el reino ya vino en el
33.d.C, ¿para qué seguir pidiéndolo? Pero lo cierto es que esta parte de la
oración está tan vigente como el resto de las peticiones en el "Padre
Nuestro". Así, pedir por la venida del reino es tan importante como pedir
perdón por nuestras ofensas, o por el pan diario.
Por otro lado, si reemplazamos ‘reino’ por ‘iglesia’ tendríamos:
"Venga tu iglesia, hágase tu voluntad..." Sí, "Venga
tu iglesia"---¿De dónde?¿Cómo? Si los discípulos vendrían a ser la
misma iglesia de Cristo: ¿Por qué tendrían que pedir por la venida de
una iglesia? ¡No tiene mucho sentido que digamos!
Mateo 25:31,34:
"Cuando el Hijo del Hombre venga...entonces el Rey dirá a
los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre HEREDAD LA IGLESIA preparada para
vosotros desde la fundación del mundo."
Comentario:
Aquí hemos reemplazado ‘reino’ por ‘iglesia’ y
encontramos algo muy extraño. Es un asunto muy importante que no podemos pasar
por alto, y es que hay una reino (iglesia para los amilenialistas) que se
preparó desde la fundación del mundo, y que será heredado por la iglesia en la ‘parusía’
o Segunda Venida de Cristo. ¿UNA IGLESIA que hereda UNA IGLESIA?¿Cómo es
posible esto? Por eso creemos que la iglesia y el reino son dos cosas muy
diferentes.
Juan 3:3:
"Respondiendo Jesús y le dijo: De
cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo no puede ver la
iglesia de Dios."
Comentario:
En este pasaje también hemos sustituido ‘reino’ por ‘iglesia’
y hemos obtenido un absurdo total. ¿Cuál es ése? Si el reino es la iglesia, y
ésta sólo puede ser vista por hombres "renacidos": ¿Cómo es posible
que cualquier hombre mundano o no convertido pueda ver, e incluso entrar,
en la iglesia de Cristo? Muchos NO renacidos pueden ver con sus ojos, y entrar
con sus pies a la iglesia de Cristo sin dificultad. Esto me lleva a la
conclusión de que el reino e iglesia ---¡NO son sinónimos!. Hay un reino futuro
en el cual los impíos ni verán ni entrarán---¡Sólo los renacidos!
Hechos 14:22:
"...es necesario que a través de muchas tribulaciones
entremos en la iglesia de Dios."
Comentario:
Aquí en este pasaje hemos sustituido la palabra ‘reino’ por
‘iglesia’ y hemos obtenido algo interesante. Notemos que Pablo se dirige
a creyentes de Listra, Iconio y Antioquia. A estos hermanos, de las iglesias de
Cristo en esas ciudades, les exhorta a que permanezcan fieles a pesar de las
tribulaciones, a fin de que puedan "ganar su entrada a la iglesia de
Dios". Esto es muy extraño, pues Pablo se dirige a iglesias cristianas
ya constituidas. ¿Cómo entrarían las iglesias de Iconio, Listra y Antioquia a
la iglesia misma?¡No lo entendemos! Aquí se vuelve a demostrar que el reino de
Dios es diferente a la iglesia de Cristo.
1 Corintios 15:50:
"Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no
pueden heredar la iglesia de Dios, ni la corrupción hereda a incorrupción."
Comentario:
Aquí, al reemplazar la palabra ‘reino’ por ‘iglesia’
nos hallamos con un serio problema. Y es que si a la iglesia no se puede
pertenecer en la carne y en la sangre, ¿por qué aún están en la carne y
la sangre los miembros de la iglesia de Cristo? Obviamente algo no anda bien
con la interpretación ‘amilenialista’ del reino.
Hechos 1:6:
"Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo:
Señor restaurarás la iglesia a Israel en este tiempo?"
Comentario:
Aquí resulta una extrañeza al reemplazar ‘reino’ por ‘iglesia’,
pues: ¿Acaso la iglesia tiene que ver con Israel? Cómo es eso que la iglesia
será restaurada a Israel? Es obvio que reino e iglesia son dos cosas
diferentes. El reino fue antes que la iglesia.
Los ‘amilenialistas’ se encuentran en serios apuros cuando
tienen que responder a toda esta argumentación bíblica consistente. El amilenialismo
deja sin horizontes y sin entendimiento sobre los sucesos mundiales de hoy.
Prácticamente han anulado muchísimas profecías bíblicas del futuro (Leer Proverbios
29:18). Para ellos casi todas las profecías bíblicas ya se han cumplido.
Han dejado de comprender los acontecimientos mundiales del presente y del
futuro. Prácticamente están el medio del mar sin mapas y brújulas, y...¡están a
la deriva!
Pregunta # 11:
¿Qué otra razón hay para creer que el Reino y la iglesia no son lo
mismo?
Respuesta:
A la iglesia se ingresa por el bautismo (Hechos
2:38-42), en cambio, para heredar el reino de Dios, uno tiene que ser transformado
físicamente, dejando la "carne y la sangre" (1 Corintios
15:5o).
Por otro lado, a La iglesia ingresan los "niños
espirituales", aquellos que deben ser perfeccionados por
sus pastores ( 1 Pedro 2:2; Efesios 4:11-12). Pero al reino sólo ingresan los perfectos,
o los "maduros espirituales" (2 Pedro 1:5-11---nótese la
frase: "de esta manera---como se especifica en los veros 5 al 10----
os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno". / verso
11). Muchos de los que se hacen miembros de la iglesia de Cristo son niños
espirituales que recién empiezan a crecer a la estatura de Cristo. Pero sólo
los crecidos espirituales ingresan o heredan el reino. He allí la diferencia
significativa. Entonces es claro que Reino e Iglesia son dos cosas muy
distintas.
Y finalmente, el reino sólo lo podrán ver y entrar
los que han "nacido de nuevo" (Juan 3:3,5). En cambio,
uno puede ver la iglesia, e incluso entrar en la congregación,
sin haber nacido de nuevo. Es indiscutible que curiosos inconversos pueden ver
con sus ojos la iglesia del Señor, e incluso ingresar en ella
para escuchar algún sermón, o simplemente para burlarse (ver / Hechos 2:1-13).
Pero en el reino sólo ingresan los conversos maduros, aquellos que han
perseverado en la fe y soportado las pruebas (Hechos 14:22).
Pregunta # 12:
¿Qué otro argumento podría usted esgrimir para probar que la iglesia
de Cristo no es el reino de Dios, sino la dinastía davídica?.
Respuesta:
Creo que podemos citar la última pregunta que le hicieron los
discípulos a Jesús en Hechos 1:3,6,7. Allí veremos que los seguidores de Cristo
le preguntan: "¿Señor, restaurarás el reino a Israel en este tiempo?
(v.6). Aquí es notorio que los discípulos estaban esperando aún la RESTAURACIÓN del
reino monárquico del rey David. Cualquier diccionario de la lengua española le
dirá que "restauración" significa, entre otras cosas: "reposición
de un rey o una dinastía en un trono" (Diccionario Básico de la Lengua Española ,
página 1246, 2001, Editorial Planeta-De Agostini, S.A). Sí, los seguidores de
Jesús estaban esperando el momento en que un legítimo heredero de David tomara
su trono en Israel .
Ahora bien, ¿estaban equivocados y confundidos los discípulos al
formular semejante pregunta tocante a una restauración o
restitución del reino Judío a los israelitas, con un rey coronado de la casta
de David? La respuesta a esta pregunta es que NO estaban
equivocados en absoluto. Y es que Jesús NO les contesta
diciéndoles algo así como: "Están ustedes errados al preguntarme
eso, pues ya nunca más será restaurado el reino a mis paisanos", ni
tampoco les reprocha diciéndoles algo así como: "¡Me extraña esa
pregunta necia, ya que yo ya les enseñé que el verdadero Israel es la Iglesia , la cual la
componen ustedes mismos!". Nada de esto les dijo Jesús a sus
discípulos. Al contrario, lo que les pasa a decir es esto: "No os
toca a vosotros saber los tiempos y las sazones, que el Señor puso en su sola
potestad" (v.7). Esta respuesta de Jesús valida la pregunta de los
discípulos como correcta y oportuna, pues Jesús pasa inmediatamente a decirles
que sólo Dios sabe cuándo sería ese día de la restauración del reino a los
israelitas . Obviamente este anhelo mesiánico sólo podrá cumplirse con el
regreso del rey del reino en un futuro (Vea Marcos 13:32---compare cómo aquí
Jesús tampoco sabe el día y la hora de su regreso. ¿ Acaso no se
parece mucho a lo dicho por él en Hechos 1:7 en relación a su reino y la
imposibilidad de saber cuándo será restaurado?).
Esta pregunta final formulada por los discípulos más cercanos de
Jesús, pone en serios aprietos a los amilenialistas, y preteristas en general,
pues no saben cómo explicarla en verdad y sin error. Ninguno de los estudios de
los preteristas tratan o desarrollan estos versículos 6,7 de Hechos 1---¡los
pasan por alto como si no existieran!
Pero quiero añadir algo antes. Y es que en Apocalipsis 20 2-3 el
diablo y sus demonios son atados y lanzados al abismo para que no engañen
más a las naciones y a los hombres. Si el reino no es un asunto escatológico y
futurista, sino preterista, entonces: ¿Por qué se siente aún el accionar del
diablo en el mundo? Para nadie es un misterio que el diablo es el tentador, el
obstructor, el mentiroso, el homicida, etc. (Juan 8:44; Lucas 4:2). El mundo de
hace seis mil años, como el mundo de hoy, son manejados por "el dios de
este mundo". Este enemigo de Dios, suele obscurecer el entendimiento de
los hombres incrédulos (de los cuales son la mayoría de la humanidad) para que
no les amanezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo (2 Corintios 4:4).
Esto demuestra que el diablo aún está operando en la tierra, y el reino todavía
no ha sido restaurado en Israel. Cuán pocos hoy escuchan el evangelio de
Cristo! Y ¡Cuán difícil se nos hace abrir los oscuros y ciegos ojos de los
incrédulos!.
Hoy las filosofías y doctrinas de demonios son las que prevalecen
en el mundo y son aceptadas como verdades indiscutibles. El evangelio ha
quedado----desgraciadamente--- como anticuado o arcaico, propio de gente
"ignorante y fanática". Esta es la obra maestra de Satanás (véase
nuevamente 2 Corintios 4:4; Lucas 8:12). Sin duda el diablo aún está libre en
la tierra, y el reino de Dios todavía ausente de la tierra. El diablo sigue
operando en la mente de los incrédulos y que les dice: "No crean a ese
predicador, su mensaje es una mentira, un engaño, una superstición".
El diablo le dijo a Eva que Dios era mentiroso cuando negó la posibilidad de
la condenación de la muerte, y eso mismo lo sigue diciendo aún hoy el
adversario con doctrinas como la reencarnación, la supervivencia del
"yo", etc. Si el diablo está ya atado con sus demonios, ¿por qué
sigue siendo difícil convertir un pecador?. Aún los ángeles hacen fiesta por la
conversión de un pecador! Es como un milagro de Dios que eso
ocurra con tanta oposición satánica (Lucas 15:7).
Ahora bien, resulta extraño de que si el reino se inauguró en el 33
d.C---en Pentecostés--- el apóstol Juan siga diciendo, en 1 Juan
5:19 (escrito entre los años 85-100 d.C), que todo el mundo
yace bajo el poder del maligno?¿No se supone que el maligno (el diablo) debiera
estar ya "atado" para ese entonces con la inauguración de la iglesia
(supuestamente el reino) en 33 d.C? Recordemos que Juan dice--- en
Apocalipsis--- que primero debe ser neutralizado el diablo para que se
proceda a inaugurar el reino milenario de Cristo (Apocalipsis 20:2,3). Aquí hay
una mención clara de un maligno que tiene autoridad y somete a todo el mundo
habitado---sin excepción!. Este maligno no se refería al Emperador
Romano de turno, cuyo autoridad no fue mundial, como lo puede
revelar cualquier documento histórico sobre el Imperio Romano entre los años
85-100 D.C. Además, nótese la diferencia que hace Juan entre los que "somos
de Dios", y los que están "bajo el maligno".
En otras palabras, entre los que "son de Dios" y los que "son
del diablo". Por ejemplo, Juan dice que "son del
diablo" aquellos que pecan---1 Juan 3:18). Es claro que Juan se
refería al diablo---el ángel caído---y no a un hombre maligno.
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